Cómo nos ven desde fuera (1).

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En el último número de la revista Experimenta, aparece un artículo de opinión que merece una reflexión. Con el título "Moda lenta, por favor", se puede leer lo siguiente: "primavera-verano, otoño-invierno, primavera-verano, otoño-invierno... los desfiles de moda se suceden a un ritmo frenético; aún no se han apagado los ecos del último desfile cuando ya todo vuelve a empezar. Y el interés resulta cada vez menor. Propongo que se salte una temporada o, incluso, un año, y que la moda pase a ser un fenómeno bienal. Propongo que se conceda más tiempo a esa cultura del diseño que, condicionada por una artificiosa sed de innovación, sea cual sea el ámbito, ya no tiene tiempo para pensar."

Quien así escribe es un veterano diseñador industrial, Paolo Deganello, curtido en la Italia que posibilitó el boom del diseño en los años 50. Miembro fundador del estudio Archizoom, que ocupa un lugar destacable en la historia del diseño del siglo XX. Deganello no es el único diseñador industrial que mira con frialdad el mundo de la moda (que es un área dentro del diseño industrial, peor con diferencias sustanciales). Pesa en ellos la opinión de que es una actividad más frívola que metódica, más caprichosa que funcional, más perecedera que duradera... Etiquetas que resultan pegajosas y obstinadamente molestas para quienes trabajan en la moda.

Algunos diseñadores industriales se han introducido en los productos moda. Nanni Strada y Clino T. Castelli, consiguieron en 1978 el prestigioso Compasso d'oro por una prenda tubular, sin apenas costuras que se ceñía al cuerpo y dotaba de una "atemporalidad" a la propuesta que, sin embargo, treinta años después resulta identificativa de la estética de aquella época. Philippe Starck también ha hecho incursiones, y de forma parecida, con un vestido elástico que se ciñe o se despega del cuerpo por su gran plasticidad. Ha diseñado también calzado, de tonos metálicos, futuristas. ¿Les disgusta a los diseñadores habituados a trabajar en las producciones seriadas de la industria, los elementos fuertemente comunicativos de la indumentaria?¿se sienten molestos con la fuerza del color, con el lenguaje propio de la técnica textil?

Marc Newson (el diseñador industrial de moda) ha diseñado unos admirables zapatos deportivos para Nike, con doble piel, con un carácter funcional y un color verde (utilizado en otros de sus productos, como en su concept car) que los distingue del planteamiento de otros productos de la firma. Una aportación interesante. Newson ha colaborado también con la marca de ropa G-Star, y lo hace con tiento, hasta con miedo, modificando ligeramente indumentaria laboral a la que hace más deportiva. ¿Qué hay en el terreno de la moda que les resulta resbaladizo?
Creo que en ella hay una cultura y una sensibilidad, que ha crecido más intuitivamente que de forma metódica, se ha expresada con un lenguaje más poético que mayestático, con imágenes más sutiles que técnicas. Sí, a un ritmo rápido, es cierto, de vértigo. En el calendario no caben más convocatorias. Zara y Benetton aceleran los periodos de renovación para que nadie pueda seguirles. Pero el producto moda se vende, protagoniza el despertar de las nuevas potencias comerciales. Su efecto autorreplicador le hace ubicuo. Para un diseñador de automóviles, de muebles, de electrodomésticos, acostumbrados a periodos largos de diseño y producción, tal cantidad y tal velocidad sobrepasan la comprensión y el aprecio.

Y en todo esto, seguramente que vosotros tenéis algunas de las claves para resolver el proceso. Porque vosotros habéis nacido y crecido en un ámbito en que las imágenes se suceden en cascada, para vosotros la movilidad cultural no es un inconveniente. Surgís de un final de siglo caótico y veis el futuro con luces y sombras pero como un potencial para la creatividad. El estilismo es algo demasiado reciente como para reprenderle porque baila con un ritmo acelerado y una música que no se entiende. La distancia generacional en estos años está alejando las orillas.
Pero no por ello, debemos dejar de escuchar a quienes con su punto de vista enriquecen el debate. Deganello es un corredor de fondo, su observación es plausible. Si no, mirad como concluye el artículo: "Ahora que la moda española está entrando en la élite de la moda europea, ¿no interesa el diseño de una nueva ropa útil, que regale belleza a los feos, que ensalce la creatividad de quien la lleva, más que los cánones de su cuerpo, y que represente una "moda lenta, sabrosa, inventada y duradera" como el slow food?".

Feliz semana de la moda.

2 comentarios:

Pedro dijo...

Guay, muy interesante y oportuno tu comentario, José Luis. Supongo que esta reflexión es lo que nos gustaría practicar duante toda la vida a los clientes, muchos de nosotros que no estamos tan absortos con este mundo y preferimos saborear, dejar y ver recuerdos/recursos en las prendas porque en definitiva nos sentimos bien con ellas porque les damos tiempo y oportunidad. Y esto es algo que se (debe) enseña(r) a los alumnos de esta escuela, para que lo transmitan a la sociedad. Luego estoy de acuerdo y tiene que haber un término medio entre entre lo sabroso de la moda y los tiempos que corren (bueno mejor dicho: cómo corren los tiempos)
Y es que la pasta manda. A ver quien es el majo que cambia de trayectoria y ralentiza este proceso de locos, porque se puede ir todo, con suma facilidad, al traste.
En contraposición a esta idea que expones está el lado y riesgo económico, el de la supervivencia en todos los formatos vitales, que últimamente ha sido dibujado en este reportaje del magacín EPS "El textil pierde el hilo". Donde se afirma todo lo contrario: “Hay que cambiar el ‘chip’. Aquí lo que cuenta es la rapidez, el servicio, la calidad y el precio”. Osea nada de belleza, ensalce personal, ni duración.
Porque la esperanza que se aporta a la crisis es una solución basada en la fugacidad y está al final del trabajo de Luis Gómez. " La depresión del sector contrasta con las excelentes cifras de las grandes marcas textiles españolas. Parece una paradoja, pero no lo es tanto. Inditex y Mango multiplican cada año sus beneficios e inauguran tiendas cada semana por todo el mundo. Inditex se las ha ingeniado para mantener un 70% de su producción en Europa. Estas marcas han enseñado el camino para los demás: con los chinos no se compite en precio, pero sí en moda. Y la moda es cada vez más rápida, con ciclos más cortos para cada producto. Ése sigue siendo el secreto de Inditex y la razón por la que todavía fabrica muchas de sus prendas en España. En un mercado en el que algunos modelos deben estar en tienda en 15 días es mucho más práctico tener al fabricante lo más cerca posible."

rakel dijo...

Se trata por un lado de la idea que tienen las empresas, de ir renovando la ropa que venden, de esta manera la gente entra continuamente a comprar ropa, y ellos obtienen más beneficios.
Por otro lado, creo que se trata mas bien de lo que la sociedad demanda, actualmente todos buscamos originalidad y novedad, antes incluso que calidad, por lo que nos gusta que la moda nos ofrezca la posibilidad de cambiar.

De todas formas seria muy complejo ralentizar el proceso, puesto que la moda tiene su propio ritmo establecido.

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